jueves, 8 de enero de 2009

Redacción: Al fondo del pasillo

Mònica Cardona Corrales (ene. 2009)

AL FONDO DEL PASILLO

Yo vivía en un orfanato, sí cierto, me llamo Íker y era huérfano, pero yo era muy pequeño y ya ni me acuerdo, no sufrí mucho, tan solo cuando me contaron lo que sucedió. Se ve que fue escalofriante, mejor no lo cuento. Igualmente ahora vivo muy bien, porqué me adoptó una familia muy buena, en la cual ya tenían dos hijos, un niño (Oscar), y una niña (Lily). Me aceptaron muy bien, eran gemelos y tenían mi misma edad.
Pero en la casa en que yo vivía no solo estaban mis nuevos hermanos también estaban mis padres, Jorge y Pilar, a los cuales les agradezco lo que hicieron, pero sigo echando de menos a mis compañeros del orfanato donde me crié. Aunque éramos una familia igual en un sitio que en otro, feliz, que nos ayudábamos mutuamente y no cambiaba mucho porque en la casa nueva, también teníamos juguetes, un jardín, era muy grande, y también teníamos una criada, cocineros, jardineros, mucho personal, hasta gente mayor con la que distraernos, porque no habían más niños que nosotros tres. Nos divertíamos mucho, porque era un sitio muy grande donde jugar mucho, sobretodo al escondite. Era el juego principal, a parte jugábamos a otros, pero este era el preferido.
Luego, por otro lado, teníamos que ir al colegio, era entretenido, pero con los años se hizo muy pesado, con los estudios… Pero al final seguí a delante y estudié la carrera de psicopedagogía y conseguí el título. A mi siempre me han gustado mucho los niños y me hico ilusión, aunque me desanimé poco después de acabar la carrera, porque me enteré de que un antiguo amigo de el orfanato murió por una causa desconocida y fui al entierro. Allí vi a los demás amigos del orfanato y fuimos a dar una vuelta para ver que cambios habían transcurrido.
Me contaron de todo, algunos consiguieron que les adoptasen, otros no, otros fueron cambiando y tuvieron muchas familias y luego volvieron al lugar, pero por el momento todos se encontraban bien. Se ve que este amigo, que se llamaba Juan murió dentro del orfanato, porque él y algunos más, trabajaban allí, y ellos vieron lo que pasó pero no les creen ni los policías ni nadie, y como el cuerpo de Juan quedó muy mal, no se molestan en hacerle ninguna autopsia.
Yo decidí trabajar allí, e investigar el caso de mi amigo Juan, porque al contarme lo que pasó, me resultó familiar, pero no se de que…
Al cabo de tres días me fui a trabajar al orfanato, y pasada una semana decidí quedarme a vivir una temporada. Todo iva bien en un principio pero al pasar una semana empezaron a cambiar cosas y yo ya me olía lo que pasaba. Los niños pequeños se inventaron un nuevo juego, al que le llamaban “regalo de almas” y consistía en coger seis cartas en las cuales una era diferente a las otras, y se llamaba salvación de vida, y el resto muerte súbita. Un niño cogía las seis cartas y abría un abanico con ellas y el jugador debía escoger entre jugar a coger solo la salvación de vidas con tres posibilidades, o coger todas las de muerte súbita, y en este caso si cogías la salvación de vidas perdías. Pues bien, estos niños se jugaban algo, y era que al caer la noche si tu habías perdido tenías que ir a ver al lucero y no se sabe quien es, pero le tenias que pedir algo para que los demás creyesen que de verdad lo ha visto.
Una de las noches, oí un escándalo tres habitaciones más a la derecha, salí al pasillo y observé. Los niños tramaban algo. Seguro que uno perdió en el regalo de almas y ahora no quiere ir a ver al lucero. Pero aún no se donde tienen que ir para verlo, no se si será su imaginación infantil.
Salieron enseguida y suerte que estaba muy oscuro, así me podía esconder pos la oscuridad. Estuve toda la noche observando ya que algunos niños se quedaban a fuera, otros dentro de la habitación, pero el niño que tenía que jugar esta noche todavía no había salido del armario de juguetes que hay al fondo del pasillo. Me acuerdo que ese armario lo pusieron cuando yo vivía en el orfanato y porque era una pared lisa y quisieron aprovecharla ya que la pared era muy ancha, pero justo después me adoptaron, nunca lo vi por dentro.
El niño seguía sin salir, y yo ya empezaba cabecear, pero empecé a notar una luz muy clara, y me fui despertando, venía de debajo de las puertas del armario. Estuve a tiempo de ver como el niño salió de golpe del armario, como si el armario lo hubiese escupido, y cerró rápido las puertas. Entonces me levanté y fui a por los niños. Les pregunte que era aquello y dijeron que estaban muy asustados pero que por la mañana tenían sensaciones de muchas ganas de jugar al juego, pero por la noche no se atrevían a nada. Porque como Juan una vez jugó con los niños al salvación de vidas, y perdió, les siguió el juego de ir al armario, y de verdad había algo. En ese momento lo entendí todo, y los demás monitores no me contaron bien la historia, supongo que tenían miedo.
Se ve que al entrar, si no te ha dado nada por la noche un extraño ser te descuartiza, y los niños le temen pero se sienten obligados a jugar.
A un niño, al que ya adoptaron, jugó y el lucero le explicó que algún día, a alguien, le daría un objeto especial, y que con ese objeto podrían se les concederían los deseos que ellos quisiesen pero que fuesen posibles. Todos querían alguna familia que les quisiesen y por eso yo decidí jugar pero solo para ver como funcionaba, así que me fui a dormir y por la mañana jugaría.
Decidí Jugar a encontrar a la salvación de vidas, con tres oportunidades, seis cartas, y ganas de perder. Tuve que jugar tres partidas porque gané dos. Y necesitaba ir al armario, pero finalmente perdí y aquella noche pude ir.
Durante todo el día los niños me preguntaban que si tenía miedo, u otras cosas pero miedo no tenía aunque al final me lo hicieron coger. Y por fin llegó la noche tan esperada. Me tocó entrar en el armario. Estuve esperando muchísimo rato y no veía ni escuchaba nada, así que decidí salir, y se lo expliqué a los niños y me dijeron gritando que entrase rápido, que era una trampa para ver si de verdad podía mostrarse y que a Juan le hizo lo mismo, se fue a dormir y murió.
Entonces entré y grite diciéndole a alguna cosa a ver si me oían, “¡Ya lo entiendo todo! A los niños les quieres volver locos porque son cosas de su mente pero en verdad existes porque me han enseñado todo lo que les has dado, y no me gusta que los líes con cosas que no son para que unos niños tan pequeños y que ya lo pasan mal, lo pasen peor, ¿no crees que deberías darles ya ese objeto? ¡Por favor!” de golpe me iluminó una fuerte luz con una bola negra en medio que desprendía oscuridad y de allí se oía una voz la cual me dijo que parecía que por fin había alguien que él creía que había descifrado los objetos, no se de que me hablaba pero yo le escuchaba. Me dijo que me daba a mí el último objeto y que tenía que descifrar donde ponerlo entre los demás. Así que me echó sin tener tiempo de preguntarle nada y fuimos corriendo a la habitación. “Por fin aire puro” dije, y los niños preguntaron que por que y es que ese armario ya era muy viejo y olía a húmedo y a madera podrida. Les expliqué lo que me dijo, rebuscamos los otros objetos y vimos que entre ellos encajaban. Era un puzzle que salían unas formas extrañas, y había un hueco y pensé en poner el objeto allí, pero no encajaba. Me di cuenta de que el dibujo tenía 4 colores en diversos sitios, como era un puzzle en 3D: rojo, azul, blanco y verde. Cada cosa que estaba pintada de ese color tenia un cuenco al lado, pensé en que tenía que ver con los cuatro elementos y en cada cuenco poner el elemento que era, así que fuimos a buscarlos.
En el rojo pusimos madera seca y la encendimos, en el azul agua, en el blanco lo dejamos vacío pero lleno de aire y en el verde pusimos hojas. Luego el objeto nos sobraba pero tenía una marca roja debajo, y pensamos en ponerlo en el cuenco el fuego y quemarlo. Así lo hicimos, lo quemamos y del hueco que faltaba por ocupar, salió un objeto muy extraño con una forma de pulsera muy gruesa y unas sortijas grandes.
Fuimos al armario y no había nada ni salía nada así que pensamos en que ese era el objeto de los deseos. Lo probamos a ver si funcionaba, y pedimos muchos juguetes y no sucedió nada, así que indignados, nos fuimos a dormir.
Al día siguiente no sucedió nada y fueron pasando las horas.
A la hora del almuerzo recibimos un hombre que buscaba a un niño, al que perdió y lo lleva buscando desde hace años no lo encontró aquí, pero le dimos de comer y nos dio las gracias. Nos dijo también que cuando quisiésemos podíamos ir a su recinto, pero estaba muy lejos. Y viendo a tantos niños y tan pocas cosas le dio pena. Y al cabo de una semana recibimos unos paquetes en los que había muchos juguetes, creímos que fue el objeto mágico y así cuando teníamos algún problema irresoluble lo utilizábamos.
FIN

miércoles, 7 de enero de 2009

Comentario sobre una película vista estas vacaciones

Estas vacaciones he visto la película de A por todas de nuevo. Que es una segunda parte en la que un grupo de animadores consiguen llegar a un campus donde se encuentran a sus rivales . Allí y compiten en cada momento. Pero la protagonista conoce a un chico muy guapo en el que se enamora y al final descubre que es del equipo de animadores al que odian tanto.
La directora principal del campus, tiene un cetro en el que se dice que los espíritus animadores y les trae buena suerte al equipo que lo obtenga, pero si lo pierden, tendran muy mala suerte. Ésta les entrega el cetro al equipo protagonista y le toca cuidarlo a la capitana pero esa misma tarde el chico del otro equipo la cual se ha enamorado, le llama por la ventana, ésta se va con él y comete un error, dejar el cetro solo al alcance de todo el mundo.
A la vuelta de sus compañeros, ven que no está ni su capitana ni el cetro y deciden ir a buscarla. La encuentran bailando con el chico y le dan la culpa a él porque creen que el equipo rival les ha robado el cetro y ahora tendran mala suerte.
Con el tiempo deciden hacer una pelea de animadores y les sale todo mal.
Bueno no cuento mas que si la quereis ver no tendra gracia. Es una película entretenida, con mucho baile, pero lo tipico, chico conoce a chica, chica conoce a chico, amigos no aceptar, aguantarse pero al final quererse. ADIÓS!